Consumismo

Se hace necesario parar y reflexionar sobre los hábitos de consumo, entendiendo cómo funciona el cerebro ante estímulos exteriores cómo la publicidad o la presión de grupo. Ropa, accesorios, videojuegos, tecnología móvil, zapatos… todo a golpe de click, consíguelo ya, ¡no esperes a mañana!

El afán por consumir es la opción que muchos y muchas jóvenes eligen para llenar su vacío emocional, fomentando una baja tolerancia a la frustración y aumentando así una mayor sensación de malestar emocional.

Debemos tener recursos propios que nos permitan reconocer y bloquear modelos de manipulación. Pensamiento crítico como herramienta para distanciarse de los intentos de imposición, cuestionando lo que aparentemente se nos muestra como una única realidad ajustada a nuestras características personales haciéndonos sentir únicos/as, una realidad que se adapta a la perfección a unas necesidades que nos han sido creadas previamente y que serán resueltas según nuestros hábitos de consumo. ¡Todo un arte para un aparente y deseado bienestar!