
Promoción del PENSAMIENTO CRITICO.
El Pensamiento Crítico impide interiorizar como verdadero todo lo que absorbemos, evitando que seamos fácilmente manipulados/as. Fomenta la adquisición de una visión propia y basada en nuestro sistema de valores para comportarnos en base a ellos y llevándonos así a la autonomía personal.
El acelerado ritmo de la sociedad digital en la que vivimos nos lleva a una infinidad de contenidos que actúan como nuevos referentes, nuevos modelos a seguir, nuevas formas de relación. Se normalizan formas de ser y de estar aparentemente inofensivas. Niñas y niños youtubers cada vez más jóvenes, niñas influencers que llevan el interés hacia un mundo idílico donde el valor de la imagen y lo material cobran un papel relevante a una edad cada vez más temprana, exposición a contenidos pornográficos que distorsionan el concepto de una sexualidad sana y con afectos. Se fomenta una baja tolerancia a la frustración, consíguelo ya, todo a golpe de click, cómpralo ya, no esperes a mañana. ¡Todo una arte para un aparente y deseado bienestar!.
Debemos tener recursos e instrumentos propios que nos permitan reconocer y bloquear estos modelos de imposición y manipulación, por lo que es necesario desarrollar una conciencia crítica y desmitificadora. Pensamiento crítico como herramienta para distanciarse de los intentos de manipulación, cuestionando lo que aparentemente se nos muestra como una única realidad ajustada a nuestras características personales haciéndonos sentir únicos/as, una realidad que se adaptada a la perfección a unas necesidades que nos han sido creadas previamente.
Promoción de la RESILIENCIA.
A lo largo de nuestras vidas, vamos a ir encontrándonos con diferentes crisis y situaciones de especial dificultad tanto a nivel personal como global. ¿Cómo nos enfrentamos a sucesos tan inesperados como por el ejemplo el coronavirus? Este tipo de situaciones pueden llegar a poner en peligro nuestra existencia y nuestro equilibrio emocional así como nuestra estabilidad social y económica. Un contexto de crisis nunca debe determinar quienes somos, pues siempre es inestable, ingobernable e impredecible.
“Quienes somos” es la clave que determinará nuestra reacción a dicho contexto. Esta reacción es la resiliencia. No impedir el dolor, sabemos que puede aparecer de mil formas, sino decidir cómo reaccionar ante él. Ser una persona resiliente no significa no sentir angustia o dolor ante las malas experiencias. Negar o minimizar estas emociones puede en muchos casos llevar a situaciones de mayor dificultad emocional. Se trata de aceptar momentos de dolor e incertidumbre como parte del proceso para poder lograr un estado de bienestar a pesar de las adversidades.
La resiliencia implica un proceso dinámico en el que influyen factores internos, familiares y sociales. eniendo en cuenta que la Resiliencia no es innata, sino un proceso que se construye, así como el hecho de conocer los factores que la desarrollan, merece la pena inventar nuevas e innovadoras propuestas que fomenten dichos procesos en la persona.
Los factores de protección asociados a la Resiliencia que se articulan en “Qué veo, Qué hago” son: identidad, valores, creatividad como fuente de recursos y soluciones, creatividad para ver las cosas no como nos las cuentan si no como pueden ser, pensamiento crítico, autoestima, iniciativa, humor, sociabilidad, como apoyo social, como necesidad básica del ser humano e independencia. La independencia, entendida como un funcionamiento basado en la confianza en nuestros propios recursos para superar la situación, en lugar de la pérdida de seguridad por el miedo a la soledad o las amenazas del entorno, es decir, confiar en nosotros mismos.
Narrativa
La narrativa de esta herramienta es clave para mantener la atención y motivación de las personas participantes. Se trata de una elaborada historia de superación narrada de una manera sutil y meticulosa que lleva a identificar los conceptos claves para desarrollar el pensamiento crítico y la construcción de la resiliencia. La narrativa nos lleva hacia un recorrido por los diferentes contenidos virtuales, los relaciona directamente con los Pilares de la Resiliencia, visibilizando su influencia en el desarrollo de la autoestima, la identidad digital, la identidad sexual, las relaciones sociales, el humor, entre otros.
A través de una estrategia de GAMIFICACIÓN
Gamification es una nueva y poderosa estrategia que incrementa de forma considerable la motivación y participación de las personas en diferentes grupos y/o actividades, reforzando la conducta para solucionar un problema u obtener un objetivo.
Consiste en la utilización de elementos y dinámicas propias del juego en entornos no recreativos para convertir una actividad a priori aburrida en otra actividad que motive a la persona a participar en ella. En la actualidad se utiliza el modelo de gamificación en el ámbito empresarial y educativo.
“Qué veo, qué hago” se presenta en formato App-videojuego para Android e IOS. Tiene en cuenta la utilización de mecanismos, la estética y el uso del pensamiento para atraer la atención, incitar a la acción, promover el aprendizaje y resolver problemas. Los y las participantes se implican en la actividad a través de diferentes mecánicas: obtienen premios, medallas, distintivos, suben de nivel, el azar juega con ellos, triunfan en desafíos… es un planteamiento que reta a la persona a meterse en la acción a través de la diversión.